El pasado 13 de abril, Juan José del Valle y Héctor Pastor, ingenieros de ecooo y Tratutal, nuestro partner local, respectivamente, impartieron un taller de energía distribuida y política energética en Ecuador, para el equipo ingenieril de la Agencia de Regulación y Control de Electricidad (ARCONEL), así como para el Ministerio de Electricidad de Ecuador.
Ecuador, con una población que supera los dieciséis millones de habitantes está llevando a cabo un ambicioso proceso de transformación del sector eléctrico, a través de la iniciativa nacional, Cambio de la Matriz Energética (CME). El país latinoamericano ha decidido apostar decididamente por las energías renovables, las cuales ya representan alrededor del 80% de la producción de energía total del país.
Ecuador ha incrementado su potencia nominal de energía proveniente de fuentes renovables (hidráulica, biomasa, eólica, solar y biogás) en los últimos 9 años de manera muy sustancial. En el año 2007, el país contaba con 55 centrales, mientras que en el año 2016, la cifra ascendía a 101, lo que supone un aumento de más de un 83%. Es cierto, sin embargo, que la base de esta transición se ha sustentado en centrales hidroeléctricas, por lo que ahora es el momento de dar un paso más allá y no sólo descentralizar la producción de energía sino también emplear otras tecnologías renovables de gran madurez, como la eólica, la fotovoltaica o la biomasa. Con respecto a la potencia nominal total, en el año 2016 fue de 4.640,29 MW, un 117,52 mayor que en el año 2007, que fue de 2.133,30 MW.
Pero lo que queda patente es que estos datos reflejan la voluntad de un país por transitar hacia otro modelo energético cuyos primeros resultados se reflejan en los datos de seguridad energética, que sitúan a Ecuador en el quinto puesto a nivel mundial y en el primero en América Latina y el Caribe, al superar el 97% de cobertura de suministro de servicio de energía eléctrica, de acuerdo con el ranking del Consejo Mundial de Energía. Este hito histórico, corrobora esa revolución energética que busca el fortalecimiento de la economía del país. Un país, cuya demanda de energía eléctrica se ha incrementado en casi un 88% desde el año 2007, empujada ésta por el sector industrial pero también el residencial y comercial.
El propósito de Ecuador es, por tanto, alcanzar el 93% de energía limpia y renovable, aprovechando el potencial de los recursos naturales (hídricos, solares, eólicos, biomasa, etc.) y desechando de manera gradual la producción de energía procedente de combustibles fósiles.
Volviendo a la jornada, ésta comenzó presentando diferentes datos y conceptos como autoconsumo instantáneo, inyección cero, net mettering, fit in tariff, esquemas de funcionamiento, curvas típicas de consumo-generación, etc.
Posteriormente, se mostraron las experiencias de otros países, en cuanto a la autoproducción de energía, destacando los casos de Alemania, del estado de California (EEUU), de Chipre, así como de varios países latinoamericanos: Chile, Uruguay y Brasil.
El motivo de compartir, en este cuaderno de bitácora, nuestra experiencia en Ecuador, se debe al interés mostrado por dicho país, por conocer el proyecto que lanzamos el pasado 5 de abril bajo el nombre Oleada Solar. Desde ecooo pusimos en marcha la Oleada ante la pasividad de las administraciones públicas, la delirante normativa y la inacción paralizante de la ciudadanía por el desconocimiento y el temor ante la autoproducción de energía.
La primera Oleada Solar ha unido a 100 personas que quieren transformar sus viviendas en hogares solares, apostando por la energía fotovoltaica como elemento transformador del modelo energético actual. El éxito de la campaña ha generado que en estos 3 meses, se hayan recibido casi 500 solicitudes desde toda España, destacando Madrid, con más de un centenar, Barcelona, Sevilla y Valencia.
Desde la aprobación del Real Decreto 1699/2011, de 18 de noviembre, por el que se regula la conexión a red de instalaciones de producción de energía eléctrica de pequeña potencia, y hasta el inicio de este proyecto, en el país del sol, tan sólo se habían registrado 140 instalaciones de autoproducción fotovoltaica doméstica. Tras la primera oleada, estas cifras se incrementarán en más de un 70% y, ante la gran afluencia de solicitudes, esperamos que se doblen antes de finalizar el año.
Nuestra experiencia, de más de 12 años en el mundo de las renovables, nos demuestra que a pesar de la legislación, las personas siempre van por delante de sus gobernantes. Y, aunque hay que continuar incidiendo para que se modifique la normativa, debemos situar el foco en la activación de la ciudadanía, fomentando que todas aquellas personas que puedan ser autoproductoras de energía, dispongan de todos los recursos y garantías necesarios para serlo, facilitando herramientas sólidas y sencillas que al mismo tiempo generen comunidad. No hay nada más poderoso que las personas unidas y ese es, sin duda, el camino para lograr una transición energética hacia una economía descarbonizada.
Las personas que han decido y decidan unirse a la Oleada Solar disfrutarán de la energía renovable producida por 6 módulos fotovoltaicos policristalinos, capaces de generar, en apenas 10 m2 de superficie del tejado, energía suficiente para abastecer buena parte de los consumos diurnos durante los próximos 30 años.
El impacto de una instalación de autoconsumo de 1,5 KW estimado a nivel individual, supone una reducción en las emisiones de CO2 a lo largo de la vida útil de la instalación de más de 45 toneladas (el equivalente en emisiones generadas a 500 viajes en automóvil entre Madrid y Barcelona), y la generación de 54.000 KW de energía renovable.
Y, ¿cómo trasladar la Oleada Solar al caso concreto y situación de Ecuador?
En un mundo globalizado, donde los combustibles fósiles copan una buena parte de la oferta energética, se debe resaltar la importancia de avanzar hacia un modelo de sociedad que utilice menos energía y que la que utilice proceda de fuentes renovables, locales, distribuidas y participativas. Las personas, los barrios, los municipios, etc. deben erigirse como actores protagonistas de la transición energética.
Y, Ecuador, como reflejan sus números, está encaminado hacia una transición energética sustentada en las energías renovables, la cual no debe perder de vista el verdadero fin de ésta: promover y desarrollar proyectos a favor de un nuevo modelo energético sostenible, democrático, participado y participativo, en definitiva, en manos de las personas.
¡Energía de y para las personas!