El Congreso de los Diputados ha convalidado finalmente el Real Decreto-ley 15/2018 que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribero, anunciara tras el Consejo de Ministros del pasado viernes 5 de octubre. Aparte del esperadísimo final del mal llamado “impuesto al Sol” salen adelante otras medidas de fomento y facilitación del autoconsumo que, sin lugar a duda, nos sitúan ante un nuevo escenario en el campo de la transición hacia un nuevo modelo energético. Un motivo de celebración para las personas que trabajamos por ello y una necesaria muestra política de cordura, sensatez y coherencia de cara al planeta y de cara al futuro.
Es una buena noticia que el texto sea prácticamente idéntico al que presentaron las distintas organizaciones reunidas en torno a la Alianza por el Autoconsumo y que haya transcurrido tan poco tiempo desde la constitución del nuevo gobierno. Es muestra de un compromiso político, a la altura de la urgencia social y medioambiental asociado a nuestro modelo energético trasnochado.
Entre las novedades que podemos encontrar en la nueva ley, aparte de la ya comentada desactivación del impuesto al sol, destacan las siguientes:
- La posibilidad del autoconsumo colectivo, es decir, el que los vecinos de una comunidad de propietarios puedan compartir una instalación.
- La eliminación de requisitos técnicos absurdos como la obligación de colocar un segundo contador y sus costes asociados, como los de llevar una canalización hasta el exterior de la finca.
- La eliminación de trámites burocráticos innecesarios que convertían la legalización de una pequeña planta de autoconsumo en un calvario que podía prolongarse más de un año.
- Se abre incluso la posibilidad de que compensar a los propietarios de una instalación fotovoltaica por la electricidad no autoconsumida. Antes no quedaba más remedio que regalarla y ahora se reconoce expresamente el derecho a recibir una compensación en la propia factura de la luz.
Todo ello se traducirá en un enorme ahorro de tiempo, pero también de dinero. Según nuestros cálculos, y teniendo además en cuenta el abaratamiento que en estos meses se ha producido en el precio de los paneles, una pequeña instalación fotovoltaica se va a poder amortizar en unos siete años y medio. Una planta que va a estar produciendo electricidad limpia durante más de 30 años, va a estar pagada en poco más de 7, proporcionando a partir de entonces energía sin coste.
Queda aún mucho recorrido antes de que esté completado el desarrollo normativo necesario. De hecho, la convalidación del Real Decreto Ley, ha venido acompañado de la aprobación de un proyecto de ley con el que el Parlamento pretende debatir con más calma algunos de los aspectos de la norma recién aprobada. Es necesario igualmente que se aprueben los reglamentos que detallen los procedimientos y proporcionen seguridad jurídica. Por eso es importante que nos mantengamos alertas para que no se queden cabos sueltos que ralenticen, aunque sea ligeramente, el despliegue masivo de pequeñas instalaciones de energía limpia en manos de la ciudadanía.
Habrá que estar alerta. Pero lo que es evidente es que el reloj de arena se ha colocado ya del otro lado. Es el momento por tanto de empezar a pensar en nuestra futura instalación de autoconsumo.
Con todo, aplaudimos la voluntad política que ha sacado adelante este Real Decreto-ley histórico que pone a nuestro país a la altura de sus iguales en Europa y abre las puertas a la imprescindible transición hacia un nuevo modelo energético. No es el impuesto al sol, el cual no afectaba a la gran mayoría de viviendas unifamiliares al estar planteado como peaje para potencias contratadas de más de 10kW, lo más importante que se pierde con este texto de Ley. Lo más importante es que se pierde el miedo al autoconsumo en nuestro país.
Desde ecooo, llevamos dos años empeñados en que el autoconsumo sea una realidad, a pesar de la normativa más hostil del mundo. Con el proyecto Oleada Solar de ecooo, 150 familias han conseguido convertirse en autoconsumidores. Pocas empresas pueden acreditar una experiencia similar en un país en el que se han montado poco más de 1.500, un auténtico escándalo cuando pensamos en el millón largo de instalaciones que se han montado en Alemania en estos años.
Nuestra solvencia en la materia la confirman tanto las dos Oleadas Solares que hemos realizado con éxito (estamos en proceso de terminar las instalaciones de la segunda) como la red de más de 200 instaladores generada en torno a nuestro proyecto. Aparte de esto, asumimos el compromiso de aumentar el autoconsumo desde los valores de la Economía Social y Solidaria y empleando siempre materiales de primera calidad con la menor huella ecológica y de carbono posible.
Si la solarfobia y la complicación de los trámites había frenado hasta ahora la decisión de instalarse paneles solares fotovoltaicos en el tejado de casa, ahora es el momento de informarse y dar el paso. Tenemos que lograr que para 2019 todos nuestros tejados estén produciendo energía sostenible y descentralizada. Está en nuestras manos construir desde la ciudadanía el nuevo modelo energético y el momento no puede ser más propicio.
El mayor factor paralizante de la necesaria revolución energética, la solarfobia, ha sido derogado en el Congreso. Ahora toca generar una cultura energética que nos permita aprovechar el nuevo marco que se abre. Esto pasa por seguir activando a la ciudadanía en torno a un bien común que le pertenece y por la vigilancia desde las organizaciones del cumplimiento y la concreción de las propuestas hechas a lo largo de estos días.
Está en nuestras manos, en las de la ciudadanía consciente, activada o activándose, ir generando los cambios disruptivos necesarios para transitar hacia un nuevo modelo energético desde el nuevo marco que hoy se abre. El pistoletazo de salida está dado. La oportunidad de tomar las decisiones que el anterior marco legal había pospuesto es más accesible que nunca antes.
Es un día para la celebración, sin lugar a duda, pero muy especialmente un día para empezar a construir, entre todas y desde hoy, el modelo energético del mañana. Es la hora del autoconsumo. Es la hora del sentido común.